miércoles, 26 de agosto de 2015

Bar Pajarita (@barpajarita)

El pasado sábado 1 de Agosto había reservado para cenar en este restaurante (aunque lo llamen Bar) tras leer algunas críticas como la de Eat and Love o la de El Comidista. Cocina de fusión con mucho toque mejicano (no en vano el chef Ricardo Andrade es mejicano también).

El local no está mal. Varios espacios, con mesas altas a la entrada y dos pequeños espacios contiguos de mesas bajas. Bastante madera a la vista y las paredes forradas de espuma para absorber sonido como la de un estudio de grabación, digamos. La cocina a la vista. Las sillas me gustaron. Las mesas un poco pequeñas y demasiado juntas. Mesas sin manteles y servicio de vajilla y cristalería correcto. La iluminación demasiado pobre para mi gusto (algunos lo llamarían íntimo o romántico, pero a mi me gusta ver lo que como...), aunque parece puesta así a propósito. Gracioso el detalle de cómo montan la mesa haciendo una especie de pajarita con los palillo y la servilleta (de papel).

martes, 25 de agosto de 2015

Chuka Ramen Bar (@ChukaRamenBar)

El pasado sábado 1 de Agosto estábamos mi pareja y yo de compras por el centro de Madrid y se nos echó encima la hora de comer. Pensando sitios pendientes por la zona se me ocurrió intentar comer en este "Ramen Bar" que tan de moda se había puesto (o al menos me lo habían recomendado más de una persona y había leído muy buenas críticas en varios blogs a los que soy asiduo, y eso que sólo lleva abierto desde el pasado noviembre). Probamos suerte y entre que ya era un pelín tarde y que estábamos ya en agosto tuvimos la fortuna de poder sentarnos en una de las mesas bajas del fondo del local.

jueves, 6 de agosto de 2015

Oribu Gastrobar (@OribuG)

El pasado sábado 18 de Julio fuimos los tres de siempre a este restaurante en el que ya habíamos mi pareja y yo hacía tiempo (en mayo de 2014), aprovechando que acababan de incluirlo en @Clubkviar, para probar la nueva carta, ya que por lo que vi la habían cambiado bastante (por no decir completamente) desde nuestra anterior visita. Por cierto, que el nombre "Oribu" es la traducción de oliva en japonés.

El local, que como digo ya conocíamos, es muy grande y dispone de varios espacios. En nuestra anterior vista nos pusieron en un comedor al final del todo del local, que da a un patio y que nos resultó muy ruidoso (aunque también es verdad que había un para de mesas grandes que siempre generan más ruido). En esta ocasión nos acomodaron en el comedor que hay en la entrada y que da a la calle Barquillo que resultó mucho más tranquilo y en el que estuvimos estupendamente. Las mesas están un poco juntas, pero estuvimos bastante cómodos, la verdad. La vajilla está bastante bien, con algunos platos originales y la cristalería también bien.

martes, 4 de agosto de 2015

Restaurante La Cevicuchería (@LaCevicucheria)

El pasado viernes 10 de Julio había reservado para cenar con mi pareja en este restaurante peruano que tenemos en el barrio (y que ya conocíamos de unas cuantas visitas anteriores), ya que con la ola de calor que estamos sufriendo me apetecía el ceviche y las últimas veces que nos habíamos acercado sin reserva no habíamos podido comer allí, ya que estaba siempre lleno. Reservé unos días antes a través de su página web y recibí un correo de confirmación del restaurante. Pues bien, cuando llegamos nos recibe un chico joven a la entrada (sorpresa, pues suele recibir la encargada) que comprueba el libro de reservas y...¡nos dice que la reserva no figura en dicho libro! Yo le contesté que me habían confirmado la reserva por email y el chico se limitó a contestarnos que estaba todo lleno. Como no me daba ninguna alternativa ni parecía que fuese a hacer nada al respecto (de hecho se puso a acomodar a otra pareja que llegó y que sí que tenía la reserva anotada) pedí hablar la persona que me había confirmado la reserva y símplemente me dijo que había sido la encargada, pero que no estaba... y siguió acomodando gente que llegaba. Como nos dejó "abandonados" en la puerta y no hizo amago alguno de comprobar los correos o de darnos alguna solución para proporcionarnos una mesa o para que esperásemos a que se quedara alguna libre (y el resto de camareros que andaban por la zona y que se dieron cuenta de lo que pasaba hicieron caso omiso de nosostros) decidimos irnos a cenar a otro sitio. Afortunadamente vivimos muy cerquita y conocemos el barrio así que nos largamos de allí muy cabreados (no quiero pensar qué hubiera pasado si hubiésemos ido hasta allí en taxi...) y nos fuimos a cenar a otro sitio. Al volver a casa contesté al correo de la reserva contando lo que había pasado y la encargada (Melina Salinas, que creo que también copropietaria de este restaurante así como del Tampu, sitio que tenemos pendiente) me llamó por teléfono para pedirme disculpas (al parecer habían anotado la reserva para el día anterior) y para ofrecerme que fuésemos a cenar invitados por ellos. Como este restaurante nos gusta mucho, está muy cerca de casa y la reacción de la encargada fue buena decidimos darles otra oportunidad y pedimos reserva para el viernes siguiente, 17 de julio. En esta ocasión nos recibió la propia Melina, aunque no habló con nosotros una palabra más en toda la noche (y yo iba además de a cenar porque quería hablar con ella de lo que había pasado). El caso es que cenamos (muy bien por cierto) y como la encargada ni se acercaba pedimos la cuenta, pagamos y nos fuimos para casa. Unos minutos después de llegar a casa recibí un mensaje en el móvil de la encargada pidiendo disculpas por no despedirse e indicando que nos habían cobrado la cena "por error". Como ya le dije no íbamos por la invitación sino porque nos apetecía cenar allí, pero me respondió que tiene una cena pendiente conmigo. Volveremos tras las vacaciones (que ya llegan por fin) y ya contaré lo que pasa entonces...