martes, 4 de agosto de 2015

Restaurante La Cevicuchería (@LaCevicucheria)

El pasado viernes 10 de Julio había reservado para cenar con mi pareja en este restaurante peruano que tenemos en el barrio (y que ya conocíamos de unas cuantas visitas anteriores), ya que con la ola de calor que estamos sufriendo me apetecía el ceviche y las últimas veces que nos habíamos acercado sin reserva no habíamos podido comer allí, ya que estaba siempre lleno. Reservé unos días antes a través de su página web y recibí un correo de confirmación del restaurante. Pues bien, cuando llegamos nos recibe un chico joven a la entrada (sorpresa, pues suele recibir la encargada) que comprueba el libro de reservas y...¡nos dice que la reserva no figura en dicho libro! Yo le contesté que me habían confirmado la reserva por email y el chico se limitó a contestarnos que estaba todo lleno. Como no me daba ninguna alternativa ni parecía que fuese a hacer nada al respecto (de hecho se puso a acomodar a otra pareja que llegó y que sí que tenía la reserva anotada) pedí hablar la persona que me había confirmado la reserva y símplemente me dijo que había sido la encargada, pero que no estaba... y siguió acomodando gente que llegaba. Como nos dejó "abandonados" en la puerta y no hizo amago alguno de comprobar los correos o de darnos alguna solución para proporcionarnos una mesa o para que esperásemos a que se quedara alguna libre (y el resto de camareros que andaban por la zona y que se dieron cuenta de lo que pasaba hicieron caso omiso de nosostros) decidimos irnos a cenar a otro sitio. Afortunadamente vivimos muy cerquita y conocemos el barrio así que nos largamos de allí muy cabreados (no quiero pensar qué hubiera pasado si hubiésemos ido hasta allí en taxi...) y nos fuimos a cenar a otro sitio. Al volver a casa contesté al correo de la reserva contando lo que había pasado y la encargada (Melina Salinas, que creo que también copropietaria de este restaurante así como del Tampu, sitio que tenemos pendiente) me llamó por teléfono para pedirme disculpas (al parecer habían anotado la reserva para el día anterior) y para ofrecerme que fuésemos a cenar invitados por ellos. Como este restaurante nos gusta mucho, está muy cerca de casa y la reacción de la encargada fue buena decidimos darles otra oportunidad y pedimos reserva para el viernes siguiente, 17 de julio. En esta ocasión nos recibió la propia Melina, aunque no habló con nosotros una palabra más en toda la noche (y yo iba además de a cenar porque quería hablar con ella de lo que había pasado). El caso es que cenamos (muy bien por cierto) y como la encargada ni se acercaba pedimos la cuenta, pagamos y nos fuimos para casa. Unos minutos después de llegar a casa recibí un mensaje en el móvil de la encargada pidiendo disculpas por no despedirse e indicando que nos habían cobrado la cena "por error". Como ya le dije no íbamos por la invitación sino porque nos apetecía cenar allí, pero me respondió que tiene una cena pendiente conmigo. Volveremos tras las vacaciones (que ya llegan por fin) y ya contaré lo que pasa entonces...

El local (cuyo nombre viene de una amalgama de "Ceviche" y "Anticucho", dos de los platos más representativos de la cocina peruana) es propiedad de los mismos dueños del Tampu (Melina Salinas y Miguel Valdiviezo) y está bastante bien, aunque a mi la parte de las mesas entre la barra y los ventanales me resulta un poco ruidosa. Dicha barra es muy grande, describe una especie de arco en medio del local y la han confeccionado con unos salientes que funcionan como mesas altas para dos personas e incluso un saliente grande que conforma una mesa como para 5 o 6 personas. Además tienen las mesas alrededor de dicha barra y disponen de un par de reservado (uno justo a la derecha de la entrada y el otro no se donde está). Las mesas las disponen sin mantel, con manteles individuales, y disponen de una vajilla original y un cristalería digamos que suficiente (aunque he leído alguna ccrítica por internet a los vasos en los que sirven el pisco sour, que no son los "canónicos", aunque yo no soy tan pijotero en ese sentido). El local está decorado bonito, incluso con las bonitas lámparas del proyecto "PetLamp" diseñadas por el madrileño Álvaro Catalán de Ocón.

El servicio fue bastante bueno durante la cena, aunque cuando acabaron de traernos la comida nos costó que nos atendieran para poder tomar los cafés y también nos llevó un rato pedir la cuenta. Si no llega a ser por un joven camarero que andaba por detrás de mi, que fue el único que respondió a nuestro gestos reclamando atención, no se lo que hubiésemos tardado.
En cuanto a la comida, pedimos lo siguiente, todo para compartir:
  • Chicharrón de Calamar con tártara de oliva peruana, rocoto y bpolvo de habas.
  • Ceviche Arcilloso (Pescado, Langostino, Mejillones con salsa de Ají panca, pisco y naranja sobre tortita de maíz al estilo chiclayano)
  • Ese secreto que tienes conmigo... (secreto ibérico marinado con las especias secretas del chef, hecha a la parrilla sobre tacu-tacu de frejoles, ensalada de repollo, zanahoria y apio y salsa ácida de Ají amarillo)
Toda la comida muy buena, como siempre. Los chicharrones son una especie de rabas de calamar (como las de mi tierra) acompañadas de una salsa tártara espectacular de buena, nos encantó. El ceviche arcilloso es mi favorito y lo pido casi siempre (aún a costa de no haber probado todos los demás) porque me encanta. Y el secreto estaba muy bueno y fue un buen final para la cena. Las raciones son grandes (excepto los tiraditos y los anticuchos, que son normales), y nos bastó con esas tres raciones para cenar los dos, aunque me dio la impresión de que han reducido un poco la cantidad en el ceviche arcilloso, ya que antes era realmente grande la ración (la primera vez que lo pedí fui yo solo a comer y con el ceviche arcilloso y un helado de lúcuma de postre me bastó, y yo soy de buen comer...).

Para rematar, 2 cafés.

Para pasar la comida yo me pedí dos cervezas sin alcohol y mi pareja dos cañas normales.

El precio final fue de 58€, un precio bueno para una cena estupenda.

En resumen, un sitio que sin duda merece la pena visitar y al que sin duda volveremos, ya que nos queda cerquita de casa. y si no hay problemas con la reserva, el sitio es muy recomendable. De hecho nosotros llevamos a casi todo el que viene a Madrid y se queda en casa así como a gente que vive en Madrid.

Para terminar, puntuaré (0 mínimo - 10 máximo):
Local:  8
Comida:  9
Servicio:  7.5
Precio:  25-50€/pers.

Ficha:
La Cevicuchería
Dirección:  Travesía de Téllez, 1
Localidad:  Madrid 
Distrito:  Retiro 
Metro:  Menéndez Pelayo 
Teléfono:  917557994
Página Web:  http://www.lacevicucheria.com/
Días de cierre:  Domingos Noche y Lunes

1 comentario :

  1. Hola! Acabo de empezar a leer tu blog, buscando mas información de otro restaurante y he llegado hasta aquí.
    A mí me ha sucedido algo similar con el tema de la reserva por internet. Al llamar para confirmarla me dijeron de una manera muy desagradable, que los fines de semana no contestaban el email que estaban muy ocupados y prácticamente me colgaron. También trabajo de cara al publico y como conteste así a un cliente, tengo el despido garantizado. No entiendo las infulas que se permiten algunos sitios. También vivo por la zona y siempre que paso por delante me dan ganas de probarlo, no sin antes "ponerles las pilas" por la malencarada respuesta que me encontré la primera vez.
    De verdad merece la pena y lo recomiendas aunque el servicio no sea como se espera de un sitio así?
    Gracias!

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