El local es pequeño, con una pequeña barra y unas cuantas mesas altas a la entrada y un pequeño comedor al fondo. Está decorado bastante bonito, en tonos oscuros, con bonitas pinturas en las paredes laterales y una serie de curiosas fotografías de viajes en la pared del fondo. También tiene un entramado de madera en el techo que imagino que será para evitar reverberaciones y que haya menos ruido en la sala. Con nosotros funcionó poco ya que había una mesa como de veinte personas a l,o largo de toda la parte izquierda de la sala, dejando hueco para otras tres o cuatro mesas de dos en el espacio sobrante. Mala suerte, porque es imposible que no haya ruido en una sala con una mesa de esas dimensiones, sobre todo si hay alguno (o alguna más bien) con un tono de voz muy por encima de lo normal, lo que hace que el resto suba su tono a su vez para poder ser oídos... En fin, como digo, mala suerte, aunque así todo estuvimos a gusto. Las mesas sin manteles y tanto la cristalería como la vajilla muy bien.
El servicio fue excelente. Nos atendió la propia Natalia que nos recomendó perfectamente (y eso que le pedimos muchas recomendaciones) y nos trató de maravilla. El resto de camareros muy atentos, profesionales y simpáticos.
Para comer, pedimos como entrantes el Ajo blanco de coco con sardina ahumada, licuado de rúcula y burratina y Natalia nos recomendó (aunque en realidad es lo que íbamos a pedir si no nos convencía su recomendación) los Bocados de manitas de cerdo con salsa brava de curry rojo y verduras encurtidas. Ambos platos deliciosos. El ajoblanco es una combinación de sabores buenísima y las manitas, simplemente deliciosas.
De segundo plato mi pareja se decidió (tras consultar una vez más a Natalia ya que quería carne y no se decidía) por el Jarrete de cordero a baja temperatura al estilo indio (Más de 24 horas de cocción…) mientras que yo me decidí (tenía dudas entre este plato y el tiradito y una vez más Natalia me resolvió la duda) por el Tartar de atún rojo salvaje con salsa kimuchi, mayonesa de aguacate y aceite de romero. Ambos platos muy buenos. El jarrete sorprendente y muy sabroso y el tarta exquisito, se nota que usan atún de almadraba de excelente calidad.
De postre, y de nuevo por recomendación de Natalia, me decanté por la Torrija caramelizada con helado de toffe salado. Deliciosa. La verdad es que tampoco me quedaba mucha hambre pero como todo había estado tan bueno y soy tan goloso, no me pude resistir. Gran acierto, porque estaba más que buena...
Para regar la comida me decidí por el Portal de Moncayo Selección 2014, D.O. Campo de Borja, un vino nos gustó bastante (es raro que no nos guste un Campo de Borja) y que tenía un precio de 15€, un gran precio para ueste vino.
Para finalizar dos cafés.
Y todo esto, más una botella de agua, por 64,50€, un precio excelente para una cena de altura (hay que recordar que teníamos descuento del tenedor). Incluso sin descuento creo que tiene una buena RCP.
En resumen, un sitio que nos sorprendió mucho y bien. Volveremos seguro porque nos quedamos con las ganas de probar más platos (y en un ambiente más tranquilo a ser posible...).
Para terminar, puntuaré (0 mínimo - 10 máximo):
Local: 8
Comida: 9
Servicio: 9
Precio: 35-45€/pers.
Ficha:
Shalakabula
Dirección: Don Ramón de la cruz, 72
Localidad: Madrid
Distrito: Salamanca
Metro: Lista
Teléfono: 918280043
Página Web: http://www.shalakabula.com/
Días de cierre: Domingos noche y Lunes
Entradas
Buenas!
ResponderEliminarSoy Sergio Señor, uno de los socios, por lo que veo conoces a mi padre y te quería agradecer la visita y la reseña. Muchas gracias por todas esas palabras, somos jovenes y con ganas y nos vienen muy bien. Te quería comentar que ya hemos resuelto el tema del ruido, hemos insonorizado porque había un problema de eco en el local increíble. Cuando vuelvas por allí no dudes en llamarme. Un abrazo