miércoles, 21 de marzo de 2018

De nuevo en Shalakabula (@shalakabula72)

El pasado sábado 11 de noviembre volvimos a vistar mi pareja y yo éste restaurante. En esta ocasión lo hicimos acompañados de un amigo mío de Santander, Jaime, al que le gusta la buena mesa, así que cuando me puse a buscar sitio para cenar, me acordé de Shalakabula y de lo mucho que nos había gustado en nuestra primera vista, así que reservé.


El local no lo voy a describir, ya que sigue igual que en nuestra primera visita, aunque tengo entendido que hicieron algo para reducir el nivel de ruido que había al principio y que yo achaqué a una mesa bastante grande que había entonces (y que sin duda hacía el problema bastante peor). Aunque ha mejorado, sigue siendo un poco ruidoso.
El servicio volvió a ser excelente, aunque en esta ocasión había un maitre nuevo, un italiano que se hacía llamar Manu y que nos atendió perfectamente, aunque nos pareció un pelín cargante a veces, ya que no hacía más que hablar que estaba allí "para ver si ganamos una estrella Michelin", cosa que no creo que haya que comentar a los comensales. Además, aunque la comida puede llegar a estar al nivel de una estrella, me da la impresión de que les hartía falta cambiar de local porque en España a la famosa guía le cuesta dar estrellas a restaurante que no tengan un buen local (y sino que se lo digan a Dabiz Muñoz, que pese a todo lo que se habló de DiverXO durante sus dos primeros años en el local de la calle Francisco Medrano, hasta que no se mudó a la calle Pensamiento no le dieron la estrella) y eso que yo pienso que la primera estrella debe darse por el nivel de la cocina y si acaso el servicio, pero bueno, ya sabemos que tienen diferente criterio aquí que en otros paises (he estado en varios sitios con estrella fuera de España que están bastante por debajo del nivel que se exije aquí para lucir una estrella). En resumen, gran servicio de nuevo (tampoco hay que rectificar nota) aunque a mi personalmente me gustó más la cercanía y buen hacer de Natalia en nuestra primera visita.


En cuanto a la comida, cenamos lo siguiente (todo para compartir):
  • Aperitivo: Maki de croqueta con kimchi, envuelta en alga nori rebozada en  tempura de tinta de calamar, un poco de polvo de oro por encima y en la base mayonesa de perejil
  • ¿Ensaladilla rusa? Templada y muy verde
  • Tataki de presa ibérica al vermouth rojo y foie con alioli de ají amarillo y té ahumado
  • Nuestra versión del famoso "Chili Crab"
  • Chipirones rellenos de crestas de gallo y chiles fermentados con salsa de miso y tinta de calamar con su pulpito frito.
  • Albóndigas de ciervo con cremoso ahumado de patatas y huitlacoche (en la carta ponía de venado, pero ese día nos dijeron que eran de ciervo)
Todos los platos muy buenos. La ensaladilla muy curiosa, el Chili Crab excelente, las albóndigas también.... gran nivel, vamos.


Para acompañar la comida, elegí de la corta pero gran carta de vinos el Bobos Finca Casa La Borracha 2015, D.O. Utiel-Requena, que ya conocíamos mi pareja y yo y que esstaba buenísimo y a un gran precio, 30€.


Tras los platos salados Jaime pidió (por recomendación mía, ya que la había tomado en mi anterior visita) la Torrija caramelizada con helado de toffe salado y yo pedí el Gintonic de bergamota, piña impregnada e hibiscos. Mi pareja, ni que decir tiene, no tomó postre. Los postres los acompañamos con tres copas de Moscatel de la Marina 2015, D.O. Alicante (mi pareja postre no, pero un vino dulce si que se tomó).


Tras los cafés, Manu nos dijo "preparo unos medios Gin tonic buenísimos a 3,70€" así que nos tuvimos que pedir dos (Jaime y yo).


Todos esto, más una botella de agua, por 148,35€, un precio estupendo para una gran cena.
Estoy seguro que volveremos, puesto que nos sigue gustando mucho.


No voy a puntuar ni aponer información, ya que es exactamente lo mismo que en la anterior visita.

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